lunes, 27 de febrero de 2012

ENOJO CORAJE


Controla el enojo,
para que no te controle.


El enojo es una de más emociones más frecuentes en nuestra vida.
Pero también es una de las más desgastantes y es la causa de una gran parte de nuestros problemas, ya que:
  • Nos desgasta físicamente, porque altera todo el funcionamiento del cuerpo.
  • Influye en la toma de malas decisiones, que afectan todas las áreas de nuestra vida.

  • Aumenta o provoca conflictos con los demás.

Pero el coraje en sí mismo, no es malo. Es una respuesta instintiva de nuestro organismo, que nos da la energía necesaria para defendernos cuando somos atacados físicamente o cuando nuestra vida está en peligro. Nos puede servir para reconocer que algo nos está molestando y motivarnos a actuar. El problema no es sentir coraje o rabia, cuando el sentimiento es momentáneo o está bien encausado y manejado. EL verdadero problema surge cuando mantenemos ese sentimiento durante muchas horas, días, meses o años y cuando, gracias a él, respondemos desproporcionadamente.

Las causas del coraje pueden ser:
  • Internas, a partir de algunos recuerdos o
  • externas, relacionadas con lo que sucede a nuestro alrededor.

Podemos hablar de dos tipos de coraje:
  • El que dirigimos hacia nosotros mismos, en el que:
    • Nos atacamos,
    • insultamos,
    • devaluamos,
    • o reprimimos, con lo que se convierte en depresión.

  • El que dirigimos hacia los demás.
El coraje puede ser utilizado de una manera adecuada y de una inadecuada.
  1. Es inadecuada, cuando.
    • Explotamos, sin medir las consecuencias.
      El coraje nos controla y podemos lastimar emocional o físicamente a una persona.

    • Lo utilizamos para poder controlar a los demás.
      Esto puede darse en personas con baja autoestima, que lo utilizan para sentirse fuertes y poderosas.

    • Lo reprimimos, porque pensamos que es algo negativo.
      Esta actitud abarca desde negarlo, decir que no estamos enojados, hasta dejar de sentirlo, aparentemente.

  2. Adecuada.

    Dado que cada persona es diferente, cada uno de nosotros puede manejar adecuadamente el coraje, de una manera distinta.

    Algunos, simplemente con reconocer y expresar que están enojados, se sienten mucho mejor y el coraje disminuye, permitiéndoles resolver la causa de su malestar.

    Otros necesitan descargar la energía físicamente, con actividades como correr, encerrarse en un cuarto y gritar, golpear un cojín, etc.

    Esto es adecuado siempre y cuando tus acciones no te afecten de alguna manera o afecten a los demás y que no hagas cosas de las que luego te arrepientas.

    También podemos:

    • Hablar y aclarar las cosas con las personas involucradas, si lo hacemos e una manera asertiva.
    • Hacer ejercicio.
    • Relajarnos
    • Expresarlo a través del arte: pintura, escritura, música, etc.




      ¿Qué es lo que dispara el coraje?


      El enojo tiene que ver con dos aspectos:
      1. El temor o la sensación de estar amenazado, ya sea real o simbólicamente.
        Esta amenaza puede ser en el aspecto físico, emocional, psicológico o espiritual.

      2. La frustración de no obtener lo que deseo o de que las cosas y las personas sean diferentes de cómo yo quiero que sean.

        Cuando percibimos esa oposición de la gente como agresiva, el coraje o la ira pueden crecer desproporcionadamente.
        Este aspecto está relacionado con una necesidad de control, ya sea físico o psicológico y muy frecuentemente lo justificamos, equivocadamente, con el concepto de "lo que es justo".

      Nuestra percepción y pensamientos son los elementos que disparan y mantienen el coraje.

      Por ejemplo:
      Mi ex-pareja me grita.

      Yo lo percibo como agresión y me enojo, porque pienso:
      "No debería de gritarme (debería comportarse como yo quiero que se comporte)".
      "Se cree más que yo"(mi autoestima se siente amenazada).
      "Todo lo hace a propósito para hacerme sentir mal" (y no debería hacerlo).
      Etc.
      Estos pensamientos me generan más coraje y la rabia se va a mantener mientras los tenga.

      Si dentro de 5 días, estoy tranquila viendo televisión y me acuerdo y vuelvo a tener ese tipo de pensamientos, me vuelvo a enojar, aunque no esté mi ex-pareja presente. Lo malo es que así como pueden ser 5 días, pueden ser 5 o 50 años. Cada vez que yo tenga este tipo de pensamientos o similares, vuelvo a sentir el coraje con la misma intensidad o mayor que cuando fue la discusión. (También podría no haberle hecho caso, percibirlo como una conducta que no tiene importancia para mí y no enojarme.) (O pensar: "Pobre, sólo gritando puede sentirse mejor, lástima" y tampoco me enojo). Lo más probable es que, si me enojo, le grite o insulte y mi pareja reaccione con pensamientos parecidos a los que causaron mi enojo, formando un círculo vicioso en donde el coraje de uno aumenta el del otro, indefinidamente. Cuando nos estamos divorciando, todo el coraje que sentimos y que puede provocar un fuerte deseo de desquitarnos o vengarnos, tiende a mostrarse en la negociación de los aspectos económicos y relacionados con los niños.

      ¿El resultado?
      Los trámites se alargan, nosotros nos desgastamos física y emocionalmente y nuestros hijos sufren.

      PGN: wwwcrecimiento-y-bienestar-emocional.com 

PRECAUCIÓN E INCERTIDUMBRE



La importancia de la preocupación.



Si pensamos en el futuro, en una situación sobre la que no tenemos mucho control o capacidad de solucionar, nos angustiamos.

Puede abarcar cualquier aspecto de nuestra vida. La preocupación es una emoción que nos desgasta y paraliza. Está directamente relacionada con nuestra manera de percibir y evaluar las situaciones y nuestra capacidad para enfrentarlas y solucionarlas. Está basada en un probable “peligro” o amenaza física, emocional o psicológica. Mientras más inseguros nos sentimos respecto a ese futuro, mayor el estrés, la angustia e incluso el temor que podemos sentir.

¿Cuántas veces te has preocupado por algo que crees que va a pasar y nunca pasa?
Seguramente muchas.
A todos nos ha sucedido.

¿Pero cuánta angustia te generó y cuántas horas de tu vida desperdiciaste?

Si sumaras todos los minutos y horas que te has pasado hablando o pensando sobre algo que te preocupa y que nunca sucede, ¿cuántas cosas podrías hacer en ese tiempo?

La preocupación es útil cuando me ayuda a actuar para solucionar un problema. Cuando nos sirve para evitar una situación, anticipándonos a ella o para encontrar la mejor solución. Pre-ocupacion = antes de ocuparme, antes de actuar.

La preocupación es innecesaria e incluso un error muy desgastante, cuando:
  • La situación no tiene solución,
  • no está en mis manos dicha solución,
  • me preocupo por algo que creo que va a suceder en el futuro y no estoy 100% seguro de que realmente va a pasar.





Si eres "preocupón" o te estresas con frecuencia, trata de recordar todas las veces que te has preocupado por algo y nunca sucedió. Reconoce que fue innecesario y que no valió la pena. Preocuparse no es sinónimo de responsabilidad. Responsable es el que actúa cuando se puede actuar y se cuida y fortalece cuando no está en sus manos la solución. Cuando estés preocupado por el futuro, pregúntate que pruebas tienes que te garanticen que lo que te preocupa va a pasar. Aun si es algo que sí va a ocurrir, ¿está en tus manos evitarlo?
 Haz lo que si está en tus manos y no permitas que la preocupación haga su nido sobre tu cabeza.
 El dicho. "Si tiene solución ¿para qué te preocupas? Y si no la tiene ¿para qué te preocupas?, es cierto.
No te desgastes inútilmente. Si el problema no tiene solución, no ganamos nada con preocuparnos y si la tiene, actúa, no le des vueltas innecesarias en tu mente.




Aprende a vivir el presente.



Vale la pena pensar en el pasado, si es para:
  • recordar momentos agradables y disfrutarlos,
  • aprender de nuestros errores y corregirlos, pero sin regañarnos o sentirnos culpables.



Es positivo pensar en el futuro para soñar despiertos o hacer planes. Pero hacerlo para preocuparnos, es una pérdida de tiempo y nos causa un gran daño. Haz lo que puedas hacer por resolver o evitar un problema y deja de preocuparte. Si se presenta, tendrás oportunidad de solucionarlo. Cuando vives el presente, no desperdicias tu energía y disfrutas de la vida. Eso te ayuda a estar en mejor condición, para enfrentar lo que te traiga el futuro. Cuando te preocupas demasiado por algo, sin ocuparte, te desgastas tanto que aun si se presenta esa situación, no estás en tu mejor momento para resolverla. Disfruta del momento. Descubre todas las pequeñas cosas que te rodean y que te pueden dar bienestar, si tú lo permites.


Esta sección te ayuda a:


1.- Analizar la importancia de la preocupación.
2.- Aprender a vivir el presente.
3.- Saber qué hacer. 


PGN: www.crecimiento-1-bienestar-emocional.com

MIEDOS AL CAMBIO







El cambio es inevitable. Es parte de la vida. Si vences el miedo, tu futuro puede ser maravilloso. Aprende como lograrlo.

Esta sección te ayuda a:


1.- Comprender la importancia del cambio en la vida de todos nosotros.
2.- Conocer nuestra manera de enfrentarlo.
3.- Saber qué hacer. 



Vivir es cambiar.



El cambio es inevitable en nuestras vidas. Estemos conscientes o no, queramos aceptarlo o no, las cosas y la gente cambian.Ante estos cambios, nuestra forma "normal" de reaccionar (a la que estamos acostumbrados) ya no nos es útil, por lo que necesitamos buscar una nueva opción.

Cambiar significa modificar nuestra conducta o forma de pensar ante una nueva situación. Aun sin darnos cuenta, lo que vamos viviendo va modificando nuestro carácter.Algunos aspectos se fortalecen, otros se debilitan y surgen nuevas conductas, formas de pensar, etc.


"Yo soy así y así he sido siempre", "es muy difícil cambiar". Son comentarios que escuchamos con mucha frecuencia.Pero si analizas tu forma de actuar en estos momentos y la comparas con la de hace 10 o 20 años, seguramente notarás la diferencia en muchos aspectos. 


El cambio nos da miedo, porque:

1) No sabemos cómo manejar situaciones nuevas o diferentes.

2) Puede provocar algún tipo de pérdida, ya sea física, moral, emocional, etc.


3) Podemos equivocarnos y ser criticados por los demás y/o por nosotros mismos.



4) La falta de control que sentimos. Esto generalmente nos angustia.





El cambio y tu carácter.







Ante el cambio, podemos:
  1. Resistirnos abiertamente, atacándolo.
  2. Aceptarlo, pero con una actitud de víctimas, "sufriéndolo".


    • Recordar que nosotros podemos elegir la actitud que queremos tomar frente a él.
    • Reconocer nuestros miedos o preocupaciones para analizarlos y descartarlos o para resolverlos.
    • Recurrir a nuestras habilidades y fortalezas para examinar los posibles obstáculos y solucionarlos.
    • Tener presente que siempre podemos aprender y siempre podemos progresar.

      ¿Cuál es tú manera de enfrentarlo?

      La manera de enfrentar el cambio, depende, en gran parte de nuestra  autoestima.
      Cuando nos sentimos seguros y capaces, vemos el cambio como un reto o una motivación positiva.Cuando nos sentimos incapaces o poco valiosos, el cambio nos disgusta e incluso 

      PGN: www.crecimiento-y-bienetar-emocional.com